1. |
Paradoja
03:50
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2. |
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Cambios a mansalva y decadencia
como único horizonte en la retina.
Si mis ojos no me engañan sólo veo
cambio y decadencia en torno a mí.
Cambios como aves de mal fario
que anuncian un presente sin pasado.
Un presente insobornable cuya amnesia
causa el cataclismo tras de sí.
Y decadencia, como espada de Damocles
enfilada a la crisma de un futuro,
un futuro en los huesos cuyo rictus
pocas trazas tiene de buen fin.
Sólo cambio y veleidades por un lado,
y roña y decadencia en su contrario.
Quisiera ver, y no lo veo, otro escenario,
otro argumento que el argumento por excelencia.
Mas sólo cambios a mansalva y decadencia.
Sólo cambio y decadencia
en torno a mí.
Así que cambios y mudanzas trepidantes,
y un desmán de polvo y sillas cojas.
En suma, un panorama donde nadie
encuentra su lugar ni de perfil.
Así que cambios a mansalva y decadencia.
Y eso es todo, eso es todo en esencia:
Medio mundo se hunde y medio mundo boga.
Hacia dónde, no lo sé decir.
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3. |
Mis ayeres muertos
06:02
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Las viejas ciudades
donde es grato vivir.
La umbría de los parques
bajo el cielo de abril.
Las calles fulgurantes
y el despoblado yerto.
Todo lo he visto, de todo me acuerdo.
Los dones de la infancia.
El mármol y la cruz.
El vino y las rosas
de la plenitud.
Las lindes del edén
y las lindes del infierno.
Todo lo he visto, de todo me acuerdo.
Los campos sembrados.
La flor del girasol.
Los altos campanarios,
el humano tesón.
La guerra y la paz.
Lo efímero y lo eterno.
Todo lo he visto, de todo me acuerdo
En mis ojos yacen mis ayeres muertos.
El genio y la locura
bajo el arco triunfal.
Las caras del horror
y la gran bacanal.
Los amores tardíos
y el sol del invierno.
Todo lo he visto, de todo me acuerdo.
Las anchas alamedas.
Los puertos de ultramar.
Las perseidas en el cielo
de la noche elemental.
Naufragios y odiseas
en el trance de los sueños.
Todo lo he visto, de todo me acuerdo.
La ternura de los cuerpos,
la gracia de vivir.
Los senos desnudos
de la meretriz.
El loto en el fango
y la orquídea en el desierto.
Todo lo he visto, de todo me acuerdo.
En mis ojos, asombros. En mis ojos, prodigios. En mis ojos, portentos.
En mis ojos yacen mis ayeres muertos
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4. |
Niente mi piace
04:48
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Porque el tiempo es de oro
perderlo a placer
en un acto solemne
que triunfe del tiempo:
Beber, por ejemplo.
Dormir, despertar... volver a dormir.
Leer al azar una línea del Apocalipsis.
Tratar de ser nadie en la cama que yazco.
Gozar de la manta sutil que me cubre.
Fuera de eso,
niente mi piace,
todo me aburre.
Hacer, deshacer,
en el fondo da igual
mover un peón
o rendir la partida.
Total, qué es la vida
sino una liturgia que vuelve siempre al inicio.
Visto lo visto,
qué hacer cuando ya es suficiente:
Fumar y observar cómo el humo se pierde.
Escuchar cómo el tiempo en el reloj transcurre.
Fuera de eso,
niente mi piace,
todo me aburre.
Rendir culto al absurdo.
Sentir hondamente la nada.
Darse a la paradoja.
Mirar llover por la ventana.
Hervir un arroz,
fumar lo atroz,
Sentar un ritual de manías.
Hacer un té.
Pensar a la negligé
en locos planes de fuga.
Poner a girar la bola del mundo.
Gastar un humor tremebundo.
Bajar al bar,
subir, bostezar.
Anticipar con pereza otro octubre.
Doblar ropa de entretiempo.
Relamerse en la lentitud.
Ir mal de salud...
En fin: vivir;
vivir, se me ocurre:
Fuera de eso,
niente mi piace,
todo me aburre.
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5. |
Yo ya me entiendo
05:09
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Es la existencia...
Ya lo sabemos...
No salen las cuentas...
Yo ya me entiendo.
Qué clase de vida...
Hay ciertos momentos...
No es sólo el dolor...
Yo ya me entiendo.
Son cartas marcadas...
No seamos ingenuos.
Trabajos en vano...
Yo ya me entiendo.
Ah, el don del olvido...
No puedes por menos.
Lo frágil resiste...
Yo ya me entiendo.
El destino lo forja el temperamento.
Y por qué lado sales...
Lo peor está adentro.
Feliz nunca he sido...
Yo ya me entiendo.
El arte, que es largo...
Quizá sólo eso...
Y aún así, sin embargo...
Yo ya me entiendo.
Pensándolo bien...
Si yo fuera serio...
Destino es carácter....
Yo ya me entiendo.
No sólo es el vino...
Me viene de lejos.
Hay vidas y vidas...
Yo ya me entiendo.
El destino lo forja el temperamento.
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6. |
Contra la lógica
04:29
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Contra la lógica.
A la flor del sinsentido:
Con la Internacional Onírica,
con la Liga Heterodoxa,
con Acción Manicomial.
Contra la lógica,
a la flor del sinsentido:
Con el Círculo Automático,
con el Foro Intransigente,
con el Club Irracional.
Contra la lógica.
Allô allô, aquí Dada.
Con el arpa y con el claxon.
Con la córnea y con el filo.
A la flor del sinsentido.
Contra la lógica
A la flor del sinsentido:
Con la Escuela Esquizofónica,
con la Red Iconoclasta,
con la Orden de la Coz.
Contra la lógica,
a la flor del sinsentido:
Con el Comité Antropófago,
con el Quórum Aberrante,
con Cenáculo Feroz.
Contra la lógica.
Allô allô, aquí Dada.
Con el arpa y con el claxon.
Con la córnea y con el filo.
A la flor del sinsentido.
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7. |
El animal que has sido
02:44
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Tú te has reconocido
por la letra desigual
en esa vieja postal
que de un infierno te llega.
Y que abierta despliega
la bobada angelical
de las dos caras del mal,
y de tu ya muy lacio emblema.
Y qué quiere ahora de ti el animal que has sido.
Qué te viene ahora a decir tu no tan desconocido.
Soy el que soy y niego el olvido.
Recuerdos del animal que has sido.
No por la amenaza
que nunca es de temer,
por la pereza de volver
a ser quien uno fuera:
Quémala sin pena
recordando que aún ayer
te hizo aullar de placer
con y sin luna llena.
Y qué quiere ahora de ti el animal que has sido.
Qué te viene ahora a decir tu no tan desconocido.
Soy el que soy y niego el olvido.
Recuerdos del animal que has sido.
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8. |
En lo mórbido
04:40
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Allí, en lo mórbido.
En la vulva de Leda, mi amante.
Allí donde un olímpico dios Zeus
cautivado posó su frente,
y hundió su pico de cisne.
En el dédalo místico de la carne.
Allí: Estrechamente.
En lo mórbido.
En lo mórbido.
En lo espléndido.
Allí, en lo mórbido.
En los brazos de Yocasta, mi consorte.
En la punta dilatada de su seno.
En la molla umbilical.
En las tibiezas que recobra
al mismo tiempo un rey Edipo
lactante y lascivo.
Allí, estrechamente:
En lo laxo, en lo tenso,
en lo dúctil. En lo palpitante.
En lo mórbido.
Allí, en lo mórbido.
Bajo el peso vibrante de Medea,
mi esposa amada.
En su espalda surcada.
En la mole suprema del dorso.
En el lóbulo perfumado
que succiona para sí
un Jasón enardecido.
Allí, estrechamente:
En lo mórbido.
En lo mórbido.
En lo espléndido.
Allí, en lo mórbido.
En el níveo cuello de Andrómeda,
mi prometida.
En su nuca estremecida.
En la cárdena flor hematite
que da su garganta.
Allí donde el mismo Perseo retuvo
sus labios con deleite.
Allí, estrechamente.
En lo laxo, en lo tenso,
en lo dúctil. En lo palpitante.
En el pan candeal de lo mórbido.
En la humana ambrosía.
En el misterio de la sangre.
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9. |
Inanimados
05:05
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Y pensar que este estuche, esta pluma,
este abrecartas que ahora sujetas
entre tus manos;
Que todos estos objetos tuyos inanimados,
te van a sobrevivir...
Y pensar que este cuaderno en el que escribes.
Los libros todos, la enciclopedia,
los diccionarios;
Que todos estos objetos tuyos inanimados
te van a sobrevivir...
Serán reliquias de tí.
Reliquias mudas sin sentido.
Dirán de tí que has vivido
y que ya no estás aquí.
O das al fuego con todo
o de otro modo... te van a sobrevivir.
Y pensar que este plumier, estas libretas.
Tus propias gafas, este reloj
que has heredado;
Que todos estos objetos tuyos inanimados
te van a sobrevivir...
Y pensar que estas cintas con tu voz.
Esta guitarra y hasta esta púa
también acaso...
Que todos estos objetos tuyos inanimados
te van a sobrevivir...
Serán reliquias de tí.
Reliquias mudas sin sentido.
Dirán de tí que has vivido
y que ya no estás aquí.
O das al fuego con todo
o de otro modo... Te van a sobrevivir
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10. |
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El mundo pende de un hilo.
De un hilo pende el mundo.
Lo atroz y lo bello; lo noble y lo vil.
De un hilo fino, de un hilo sutil.
Tal vez del grosor de un cabello.
El mundo pende de un hilo.
De un hilo pende el mundo.
De un hilo El Greco, de un hilo Bach.
Persia de un hilo; la luz de Platón.
Cuanto amas de un hilo en cuestión.
Y las hojas muertas caen, caen, caen.
Las hojas muertas caen de su peso.
Y el mundo entretanto
pendiente al acaso de un hilo.
El mundo pende de un hilo.
De un hilo pende el mundo.
La idea del cosmos y el cosmos per se.
El iris perplejo y la estrella que ve.
Lo tangible y lo intangible.
El mundo pende de un hilo
De un hilo pende el mundo:
De un hilo Vivaldi, de un hilo Rubens.
El oriente lejano y los mares del sur.
De un hilo pende, de un hilo al albur.
Y las hojas muertas caen, caen, caen.
Las hojas muertas caen de su peso.
Sólo el amor que me has dado
no muere conmigo.
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